Y ella se cansó de cocinar y lavar, día tras día solo hacía lo que podía, y cada vez le gustaba menos lo que algún día fue su pasión, y en medio del asombro y la tristeza por esos amores perdidos, entendió que lo que tanto anhelaba no estaba afuera, allí jamás lo iba a encontrar, siempre estuvo, ha estado y estará adentro.
¿Muchas veces te dicen que debes ponerte en los zapatos de los demás, pero cuantas veces te pones en tus propios zapatos? ¿Cuántas veces empatizas contigo misma? ¿Cuántas veces te abrazas, te entiendes, ¿te compadeces con tu ser?
«Los caballeros las prefieren rubias» dicen…. Pero reflexionando un poco creo que los buenos caballeros nos prefieren como nosotras nos prefiramos ( miércales jamás había conjugado este verbo ,así que entonces si está mal escrito me corrigen de por Dios jajaja ), los buenos caballeros nos prefieren felices, nos prefieren libres, nos prefieren auténticas, nos prefieren reales, los buenos caballeros no saben si estamos rubias, pelirrojas o morenas.
No te quiero sometida, no te quiero resignada, no te quiero subvalorada…. Pero tampoco te quiero fuerte todo el tiempo ni luchadora ni valiente, te quiero como eres, te quiero vulnerable también, te quiero cansada, te quiero triste, te quiero humana….