Tara es una de las deidades más veneradas en el budismo tibetano, conocida como la «Madre de la Liberación». Se considera una bodhisattva que representa la compasión y la acción. Tara tiene varias formas, siendo las más comunes Tara Verde y Tara Blanca.
Tara Verde: Asocia con la actividad iluminada y protege contra el miedo.
Tara Blanca: Representa la longevidad y la paz.
Ambas encarnan cualidades de ayuda y protección, y se invocan a menudo en las prácticas diarias de los budistas tibetanos.