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Siento que no siempre nos tomamos el tiempo de parar y apreciar lo que tenemos a nuestro alrededor que en realidad vale la pena, siento que damos por hecho la majestuosidad de la naturaleza, o por lo menos yo, que doy por hecho la montaña, los árboles, el oxígeno y hasta las piedras que se atraviesan en mi camino que muchas veces veo como obstáculos…. pero dándome el tiempo de reflexionar siento que cada piedra que se me ha atravesado no me ha cerrado caminos, al contrario me ha abierto miles y uno de ellos y el más importante es el de mi despertar emocional y espiritual, y aunque no entraré en detalles de cuál es mi tendencia o preferencia de lo que algunos le llaman Dios, otros creador y algunos Arquitecto del Universo, ver este amanecer que me acompaña cada mañana me reafirma que solo un gran maestro pudo haber hecho esto y le doy gracias a él, al universo, a la vida y sobre todo a mí , a mis caídas y tropiezos, a mis debilidades, a mis errores y defectos pero sobre todo a mi fuerza y resiliencia para aprender y levantarme cada vez, y traerme a este nuevo lugar que me reconecta cada vez más con lo que verdaderamente importa y es EL AQUÍ Y EL AHORA…